* Carta a mi estrella *

Ya sabes que siempre he sido una niña de mamitis aguda, ya tiene a quién parecerse Churreta, de hecho según mamá había momentos en los que sufrías mucho por ello, perdón, pero sólo era una niña y no sabía que podía herirte.

Recuerdo perfectamente tu cara, como si te tuviera delante, ese bigote tan característico, aunque los últimos años te dio por quitártelo, que sepas que me gustabas mil más haciendo cosquillas con tus besos bigotudos.

Cuanto bromeabas con tu «dedo» de menos, de pequeña me hacías pasarlo fatal cuando te los contaba, me decías que lo habías perdido! Jajaja que payasete.

Siempre tenías respuesta a todas mis preguntas, y aunque pudiera parecerme cansado escucharte, porque las explicaciones parecían no tener fin, daría lo que fuese por escucharte una y mil veces. 
Ojalá pudieras comerte todos mis helados, te encantaba cogerlos a medias para chupetear los chorretones que me caían por lo despacio que me los comía, eso si, acababas dejándome casi sin helado!

Te gustaba bailotear en cada juerga que se organizaba, ya sé a quién he salido.

Cuánto te gustaba pintar y menudo artista! Qué ilusión te hizo que yo hiciera mis pinitos a tu lado, aunque debo decir que yo no sirvo para eso…Pero los días de pinceladas y visitas a exposiciones fueron muy enriquecedores.

No sé, ni quiero pensarlo demasiado, como empezó todo, era apenas una cría y andaba liada entre universidad y trabajo, no fue fácil lo acontecido en los años anteriores y la vida nos había cambiado mucho a todos. Se que no pasé el tiempo suficiente a tu lado y que no estuve tan pendiente de ti como necesitabas en aquel momento, creo que no era lo suficientemente consiente de la situación, pero se que me perdonaste.

Si hay algo que puedo recordar a la perfección fue la última vez que te vi, a veces preferiría borrarla de mi mente, pero por desgracia no se marcha. Sabía que te ibas y por eso quizás tuve que marcharme unos minutos antes, para no verlo, fui una cobarde pero no estaba preparada, no hubiera sabido afrontar ese momento. Tuve una intuición, y después de marcharme sucedió, no sabes lo que sentí, ni te lo imaginas, me parecía mentira, era como una pesadilla, jamás pensé que llegaría ese momento. Sentí como si me arrancarán el corazón.

Aún hoy sigo pensando que te fuiste de viaje y que un día volverás. Me faltas tanto… y cada vez que soy más mayor aún más y cada vez que vivo cosas importantes en mi vida, más. 

Me faltas para presentarte a tu yerno, sé que te encantaría, tiene muchas cosas que me recuerdan a ti, eso es increíblemente maravilloso. 

Me faltaste aquel 29 de agosto para llevarme al altar, no sabes cuánto lloré tu ausencia incluso desde el primer día que empezamos a organizar la boda. 

Me faltaste aquel 15 de junio para conocer a tu nieto, para verte derretirte de amor con él en brazos, me faltas cada día, cuando crece y hace cosas nuevas, me imagino como seríais juntos, llevándolo a pasear, jugando con el, eras súper niñero, Churreta te adoraría, no me cabe duda. Manda besitos a tu foto, le digo que eres el yayito y le hablo de ti, porque para nosotros sigues estando aquí. 

Mi estrella, me faltas cada día y es imposible no derramar lágrimas cada vez que pienso en ti, no importa cuánto tiempo pase, es un sentimiento que nunca desaparece, ni mengua.
Aunque nuestros últimos años no fueron los más bonitos en nuestro camino, por diferencias varias, siempre serás mi estrella. Te llevo en mi corazón y en mi piel, junto al nombre de tu nieto. 

Te querré siempre estés donde estés.